"X-Men Dark Phoenix" es fallida

Dark Phoenix literalmente cuenta una historia que ya se ha contado antes. Es el segndo intento de llevar al cine el comic del arco X-Men más célebre de todos: la ópera de Chris Claremont "The Dark Phoenix Saga", publicada durante la mayor parte de 1980. El último intento de adaptar esa obra a la pantalla grande fue la de 2006; el muy difamado X-Men: The Last Stand, así que tal vez la franquicia se lo merecía. Sin embargo, el estudio ha confiado este segundo intento al mismo guionista, Simon Kinberg, quien también se ha puesto detrás de la cámara en ausencia del director de la serie original Bryan Singer. Su Dark Phoenix es más reflexivo que The Last Stand, y ciertamente es una película de X-Men más intrépida e introspectiva que la anterior, el Apocalipsis, que es ridículo y extenso. Pero todavía está bloqueado por una idea muy limitada de lo que puede ser una película de X-Men y una visión muy pequeña de una de las épicas más icónicas de la ficción de superhéroes.




Los retrasos probablemente asociados con la fusión de Fox, lleva la clara marca de rezagado de postproducción. Ciertamente, esta serie, por desigual y repetitiva que pudiera ser, merecía un envío más fuerte antes del inevitable reinicio de la MCU. 

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